1) Suspensión de la tarjeta por impago.
2) Vencimiento del plástico. Aunque la cuenta esté activa y/o con fondos disponibles, si la fecha de vencimiento impresa en la tarjeta está vencida podría ser inválida al momento de la transacción. El usuario debe contactar a la entidad emisora para reemplazar el plástico por uno nuevo.
3) Bloqueo por movimientos inusuales. Las entidades emisoras suelen tener un patrón de uso basado en tus compras y movimientos habituales. Si detectan un cargo por un monto o desde un lugar poco habitual, podrían bloquear la tarjeta de crédito o débito e incluso blindar la cuenta, hasta que el titular valide personalmente la compra, reactive y/o solicite una tarjeta nueva.
4) Fondos insuficientes. La cuenta no tiene la cantidad necesaria para hacer el pago.
5) El cargo supera el importe máximo. El banco no autoriza el pago porque es superior a lo que tienes aprobado en tu línea de crédito o el límite máximo de cobro con esa tarjeta, previamente aprobado por el titular.
6) Exceso de operaciones. Realizaste más pagos de lo habitual y tu banco frena el uso de tu tarjeta por seguridad.
7) Datos incorrectos. En este caso se trata de un error al capturar alguno de tus datos de autenticación como: fecha de caducidad y/o número de la tarjeta, teléfono o dirección asociados al plástico.